Offerta del Sangue Preziosissimo di Gesù

Ofrecimiento de la Preciosa Sangre de Jesús

Oración al Padre Eterno

1) ¡Oh, Padre Eterno! yo os ofrezco los méritos de la Preciosísima Sangre de vuestro amado Hijo Jesús, mi Re­dentor adorable, por la propagación y exaltación de la Santa Madre Iglesia, por la conservación y prosperidad de su cabeza visible el Romano Pontífice, por los Cardenales, Obispos y Pastores de almas y por todos los ministros.

Gloria … “Sea bendito y alabado Jesús que con su Sangre nos redimió”.

2) ¡Oh, Padre Eterno! yo os ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de vuestro amado Hijo Jesús, mi Redentor adorable, por la paz y concordia entre los Príncipes cristianos, por el abatimiento de los enemigos de la santa Fe, y por la felicidad del pueblo cristiano.

Gloria … “Sea bendito y alabado Jesús que con su Sangre nos redimió”.

3) Padre Eterno, os ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de Jesús, vuestro querido Hijo y nuestro divino Redentor, por la conversión de los incrédulos a la luz, por la extirpación de todas las herejías y por la conversión de los pecadores.

Gloria … “Sea bendito y alabado Jesús que con su Sangre nos redimió”.

4) Padre Eterno, os ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de Jesús, vuestro querido Hijo y nuestro divino Redentor, por todos mis parientes, amigos y enemigos; por los pobres, enfermos y afligidos, y por todos aquellos por quienes vos sabéis que debo rogar y queréis que ruegue.

Gloria … “Sea bendito y alabado Jesús que con su Sangre nos redimió”.

5) Padre Eterno, os ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de Jesús, vuestro querido Hijo y nuestro divino Redentor, por todos los que pasarán hoy a la otra vida, a fin de que los libréis de las penas del infierno, y los admitáis lo más pronto posible a la posesión de vuestra gloria.

Gloria … “Sea bendito y alabado Jesús que con su Sangre nos redimió”.

6) Padre Eterno, os ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de Jesús, vuestro querido Hijo y nuestro divino Redentor, por todos cuantos aman este tesoro incomparable, por los que se unan conmigo para adorarla y honrarla, en fin, por todos los que trabajan en propagar su devoción.

Gloria … “Sea bendito y alabado Jesús que con su Sangre nos redimió”.

7) ¡Oh, Padre Eterno! yo os ofrezco los méritos de la preciosísima Sangre de vuestro amado Hijo Jesús, mi Redentor adorable, por todas mis necesidades espirituales y temporales, y en sufragio de las benditas almas del Purgatorio, y en especial de aquellas que fueron más devotas del precio de nuestra redención, y de los dolores y penas de vuestra afligidísima Madre Maria Santísima.

Gloria … “Sea bendito y alabado Jesús que con su Sangre nos redimió”.

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