Profilo biografico San Francesco

«Digno de alabanza en su infancia, caritativo en su adolescencia, honorable en su juventud y muy amable en su ancianidad; vigilante en todo tiempo, penitente los noventa años. De bien en mejor, de virtud en virtud, el Hombre de Dios se preocupó de perseverar en toda buena devoción… Y tanto trabajó que mereció llegar a la Patria celestial, para reinar eternamente con el Rey de reyes, con la Virgen de las vírgenes, con los Ángeles y los Arcángeles, y con todos los Santos. Amén.» 

(De la biografía escrita por un Discípulo contemporáneo)

 

Francisco Martolilla nació en Paula en el 1416

San Francisco, cuyo nombre de bautismo era Francisco Martolilla, nació en Paola el 27 de marzo de 1416, de Jaime y Viena, después de muchos años de matrimonio durante los cuales los esposos habían implorado a Dios, por intercesión del santo de Asís, el nacimiento de un hijo, razón por la cual se le impuso el nombre de Francisco. Enfermándose gravemente, poco después de su nacimiento, los padres confiaron nuevamente el pequeño a la protección del santo de Asís, añadiendo el voto de llevarlo por un año a un convento franciscano a prestar los humildes servicios que se confiaban a los oblatos. También en esta ocasión fue escuchada su oración y el pequeño se curó milagrosamente.

Casa Natal de S. Francisco

Siendo ya adolescente decidió hacerse ermitaño

Siendo ya adolescente y después de haber cumplido el año votivo en el convento de San Marcos Argentano, Francisco, rechazando las invitaciones que le dirigían los religiosos para que permaneciera con ellos, pidió a sus padres que lo acompañaran en una peregrinación a Asís para rezar en la tumba de su santo, visitando al retorno algunas ermitas. Podemos deducir que aquella peregrinación sirvió para confirmar al joven en sus más íntimos propósitos porque, de hecho, a su vuelta no quiso ni siquiera entrar en el pueblo, comunicando a sus padres su decisión de hacerse ermitaño.

Francisco, que podría tener 16 o 17 años, se retiró en un terreno que le ofrecieron sus padres, y durante algunos años vivió completamente solo en una gruta a orillas del torrente Isca, practicando la oración asidua, el trabajo manual y el ayuno, y observando continuamente una rigurosa abstinencia cuaresmal. Su fama de hombre religioso y santo atrajo enseguida a numerosos peregrinos que se acercaban al eremitorio en busca de una palabra, de un consejo o de una consolación, y a menudo también de su eficaz intercesión orante, capaz de obtener de Dios la gracia de la curación física o moral.

Torrente Isca donde el joven Francisco vivió su experiencia eremítica

Primi seguaci e approvazione pontificia

Non era passato molto tempo quando i primi discepoli chiesero di aggregarsi a Lui imparando dai suoi esempi e sottomettendosi alla sua guida spirituale. La tradizione dell’Ordine ha conservato memoria dell’anno 1435 come data probabile dell’inizio della vita in comune, pur non avendo nessun riscontro documentale. Dai documenti si evince, invece, come attorno al 1450-1452 Francesco e i suoi compagni incominciarono la costruzione di un romitorio, con oratorio comune, dormitorio ed altri locali ad uso comune. L’approvazione diocesana del movimento, fu ottenuta dalla benevolenza di Mons. Pirro Caracciolo, arcivescovo di Cosenza, in data 30 novembre 1470. L’approvazione pontificia venne concessa da S.S. Sisto IV mediante la Bolla Sedes Apostolica, nell’anno 1474.

Primera gruta a orillas del torrente Isca

Expansión del movimiento eremítico y misión en la corte de Tours

Una vez obtenida la aprobación pontificia, surgieron nuevos eremitorios en Calabria (Paterno Calabro, Spezzano, Corigliano) y en Sicilia (Milazzo). Y fue precisamente en Sicilia donde Francisco recibió una invitación sorprendente: ir a la corte del Rey Luis XI de Francia, gravemente enfermo, para obtenerle de Dios la gracia de la curación. El caso era urgente, pero el ermitaño, a pesar de que fue suplicado por el mismo rey de Nápoles, Ferrante de Aragón, dudaba en acoger semejantes peticiones, de tal manera que la invitación se transformó en una orden formal por parte del papa Sixto IV, que se lo impuso por obediencia, en vistas del bien general de la Iglesia.

Francisco partió para Tours desde el eremitorio de Paterno Calabro en los primeros días de febrero de 1483, dando inicio así a una nueva etapa de su vida en un ambiente social y cultural bastante diverso de su mundo de origen. En la corte de Luis XI, el rey más poderoso en aquel tiempo, el ermitaño calabrés brilló por su prudencia y su sabiduría, por su autenticidad, por su austeridad y santidad de vida. Supo mostrarse en todo y con todos como un testigo autentico de Jesucristo y de su Evangelio, llamando a todos a la conversión de costumbres y a una vida cristiana más coherente.

Papa Sixto IV

Una nueva Familia religiosa en la Iglesia

El ejemplo de su vida santa y llena de caridad fue determinante también para la expansión de su instituto, que aún en vida del Fundador llegó a Bohemia, Alemania y España, transformándose de sociedad eremítica en una Orden religiosa nueva para la cual Francisco consiguió obtener la aprobación de una Regla nueva, propia, en tres versiones: para la rama masculina (religiosos conventuales), para la rama femenina (hermanas de vida enteramente contemplativa) y para los fieles laicos de ambos sexos. Tales Reglas fueron aprobadas definitivamente por el Papa Julio II el 28 de Julio de 1506.

El ermitaño calabrés, convertido en Padre de una nueva Familia religiosa en la Iglesia, fue llamado a la casa del Padre el 2 de abril de 1507, a los 91 años de edad y 24 de permanencia en Francia. Su canonización tuvo lugar apenas 12 años después, por obra del Papa León X, el primero de mayo de 1519.

San Francisco protege a su Familia religiosa